Datos del trabajo


Título

Alimentación y redes de reciprocidad en un contexto de filiación étnico-nacional peruano en el distrito de Ensenada, Buenos Aires, Argentina.

Introdução

Se asume ampliamente que la alimentación refiere a un proceso complejo cruzado por múltiples factores aunque muchas veces aparezca homologada a la nutrición o incluso al acto de comer. En efecto, la alimentación incluye aspectos nutricionales pero también todas las dimensiones no biológicas asociadas con ella (De Girolami, 2008). La nutrición, a diferencia de la alimentación, se vincula con la composición, requerimientos, asimilación e impactos que los macro y micronutrientes de los alimentos tienen sobre el organismo, según necesidades biológicas específicas (OMS, 2012). En esta línea, la adecuación nutricional se define como la instancia en la que se logra la cobertura de los requerimientos nutricionales a través de la incorporación o ingesta de los alimentos (o grupos de alimentos) en la cantidad, calidad, armonía y adecuación necesarias para el mantenimiento y/o desarrollo vital (López, 2002). No obstante, se reconoce que las acciones o políticas dirigidas a mejorar hábitos alimentarios a través de la promoción y/o difusión de dietas saludables y de recomendaciones alimentarias, no resultan efectivas cuando se apoyan sólo en los conocimientos sobre salud, dietética o nutrición. La alimentación complejiza el fenómeno de la nutrición reconociendo y poniendo en foco los aspectos no biológicos que inciden en ella. Como fenómeno complejo, remite a determinaciones múltiples: ecológicas, económicas, sociales, culturales, estilos de vida, psicológicas (Díaz Méndez, 2008). En los estudios sobre alimentación de carácter social como es nuestro caso, suelen tener especial relevancia las recomendaciones alimentarias sustentadas por la medicina y la nutrición con vistas a identificar e interpretar hábitos considerados poco saludables por sus expertos. El seguimiento de tales recomendaciones, ligadas a lo que se consume, cuánto, cómo, cuándo y dónde dependen de ideas, valores, conocimientos, prejuicios, acerca de la comida, pero también de necesidades, situaciones y posiciones sociales. De aquí la centralidad de una comprensión cabal, accesible mediante indagaciones socioantropológicas, de las condiciones sociales de la alimentación de los grupos humanos.
Atravesada por múltiples determinaciones, la alimentación se configura como una práctica que se expresa en los hábitos alimentarios, en la selección de alimentos que se consumen, en la cantidad de los mismos, en las preparaciones culinarias (Gracia Arnaiz, 2010). La misma suele considerarse adecuada en tanto logra cubrir los requerimientos nutricionales en términos de cantidad (o suficiencia), completitud (o calidad), proporcionalidad (o armonía) y adecuación o pertinencia. Tales requerimientos deberían, según las normas, imbricarse mutuamente (López, 2002) . Asimismo, estos citerios llevan a sostener que el análisis e interpretación de la información requiera articular “normalidades” y “normatividades”: las costumbres extendidas o lo que resulta habitual en la población estudiada y las normas del saber experto, principalmente médico-nutricional, que instituye lo que es “adecuado” e inciden con desigual intensidad –y a través de diversos mecanismos– en los comportamientos de las personas que participan de tal contexto.
En este marco, el abordaje de las prácticas alimentarias y los sentidos asociados a ellas constituye un recurso necesario para caracterizar la alimentación de una población. La misma es un indicador sensible de las condiciones de vida de los hogares - ya que se trata de un consumo central para la reproducción biológica y social- y una práctica elocuente de las pertenencias culturales y de las identidades sociales. Tal caracterización posibilita valorar con mayor precisión sus potenciales efectos en la salud y realizar diagnósticos para la construcción de políticas públicas de intervención específica.

Objetivos

Con base en un relevamiento cualitativo sobre prácticas y percepciones alimentarias llevada a cabo en un barrio pobre urbano del municipio de Ensenada (Buenos Aires, Argentina) - caracterizado por su segregación territorial y por la concentración de población de origen peruano- nos proponemos analizar las modalidades, composición y apreciaciones de las prácticas alimentarias en los hogares y profundizar en un fenómeno de particular interés: la/s “pollada/s”.

Método

Se propone un abordaje cualitativo, basado en la observación participante de las “polladas” y en entrevistas en profundidad realizadas a adultos de un barrio pobre del municipio de Ensenada (Buenos Aires), caracterizado por su segregación territorial y por la concentración de población de origen peruano.
Tal emprendimiento se vincula con los resultados de un censo sobre condiciones de vida de 190 hogares, realizado en dicho barrio a fines de 2016. La particularidad de aquellos centrados en la dimensión alimentaria -comparados con otros estudios de población general y en sectores pobres- impulsaron la necesidad de profundizar en esta dimensión.

Resultados

Los hallazgos producidos sobre el material analizado permiten reconocer que, en términos de prácticas alimentarias, el almuerzo aparece como la comida de mayor realización, la que se cocina con mayor frecuencia, y es la evaluada como la más importante principalmente porque resulta la comida más completa, abundante y elaborada. Esta comida muestra una composición centrada en tres tipos de alimentos: verduras (cocidas o crudas), arroz y carne de pollo.

En base al uso de esos componentes destaca una preparación particular denominada pollada. Esta comida (compuesta principalmente por arroz, verduras cocidas y carne de pollo) es una recreación de un plato típico peruano y tiene altísima presencia en la mesa de los hogares relevados.

Pero, más allá de ser, como se dijo, una comida peruana típica, también se denomina de esa manera a un evento social en el cual un grupo de personas (generalmente una familia), prepara ese plato, difundiendo previamente entre conocidos, vecinos y amigos (con tarjetas, afiches o a través del boca en boca), que lo venderán a un precio razonable. A través de las polladas, la/s personas, familias o grupos de vecinos recaudan dinero para cubrir gastos de distinta índole (mejoras en la vivienda, equipamiento, costos de enfermedad, viajes).

Considerações Finais

Las “polladas”, que utilizan la comida como vehículo, dan cuenta de una particular modalidad de funcionamiento de las redes sociales que en este caso se activan espontánea y explícitamente brindando apoyo a quien/es precisan. Podemos decir que se trata de una manifestación de la reciprocidad que están en la base de la vida social: dar ayuda a quien la necesita para a la vez recibirla en casos pertinentes, estableciendo un marco de obligaciones y derechos.

Palavras Chave

Alimentación; pobreza urbana, identidad étnico-nacional, reciprocidad.

Area

Alimentação e Nutrição

Instituciones

CIMeCS/IdIHCS (Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Universidad Nacional de La Plata) - - Argentina, Comisión de Investigaciones Científicas Pcia. de Buenos Aires - - Argentina

Autores

MARIA SUSANA ORTALE, JAVIER ALBERTO SANTOS